Category: Black Metal
Country: Poland
Release Date:February 6th, 2022
Label: Black Death Production
Anti-Life Polish act Sarg, comprised of
current members A., Krzysiek Berent and Sadogoat, embark us on a cold, grueling
trip through dark realms of Black Metal bleakness with their ninth full length
simply titled “Demon.” Perhaps the grueling
winters of the Central European nation are responsible for the variety of
excellent Black Metal hordes spawning out in recent years, including Sarg whose
cold, raw style, evokes the same grimness as the second wave of Black Metal
did– taking us through paths of absolute hopelessness and desolation, but
without losing their own touch of wickedness.
The carefully tremolo-picked riffs go
from deep and melancholic in a strangely bleak way, to faster and more ungodly
in others, but overall with a grim and cold tonality that is quite classic for
the style. Perfectly executed, yet overwhelming high pitched shrieks act
as an instrument of their own, accompanying the primitive and repetitive beat
of the drums, (in an almost transylvanian hungry kind of way) for a minimalistic
feel that is consistent, but not too strict. Intricacy and complexity are kept
at a minimum as the message is clearly dark, uninviting and without a
trace of grandiosity– Satanic worship not in a grand altar, but out in the vast
woodlands, in the brutal cold and one will not get much more than that.
The unpretentiousness of this album, though
humble, may present a problem to some, especially when lacking the low quality,
gritty sound that some expect from such an approach. The overall feel is as
when one escapes the dead woods after a long hike and remembers nothing but
bare trees and darkness. Even after a few listens it's hard to remember
specific moments and nuisance and is only left with an overall experience of
emptiness, wishing the journey had been perhaps a little more exalting and less
dreary. But then again, to others this simplicity is what makes this style of
Black Metal great and not a lot more is needed.
Rated: 7.5/10Song List:
1.Demon I
2.Demon II
3.Demon III
4.Demon VI
5.Demon V
6.Demon VI
7.Demon VII
Official Pages:
https://sarg666.bandcamp.com/
Género: Heavy/Power Metal Origen: Lima, Perú Fecha de lanzamiento: 18 de Marzo 2022
Discográfica: Thrashirts Records
Las primeras palabras que puedo decir de este nuevo álbum de
Fallen Symmetry es que lo he disfrutado y es difícil no saltarse de un tema a
otro sin terminarla de escuchar, ya que en la primera impresión me ha causado
mucha intriga saber que hay en cada segundo de sus riffs, tonalidades de
teclados y sobre todo las voces que se mezclan en varias canciones. A
todo esto, buen acierto de invitar a grandes vocalistas.
Haber,
muchos de los que estamos metidos en el heavy metal peruano sabemos que Fallen
Symmetry ha estado trabajando mucho por sobresalir y ganarse un nombre en este
circuito rockero y creo que con este disco no solo logrará eso si no también,
en plena pandemia ha logrado sacar lustre de sus vínculos para consagrarse por
lo menos en toda habla hispana. Ahora colocar el nombre de la banda en Google
sobre pasa las 9 hojas de su listado principal. Y es que no es por gusto ese
alcance. Y eso lo podemos notar en cada disco desde sus inicios con 'Code
Black' pero no es hasta 'Renacer en la Tormenta' que puedo decir que ha tomado
los oídos de gran parte de la fanaticada metal. Ahora con con este 'Rehenes' se
podría decir que han encaminado muy bien ese sonido fresco y maduro como las
grandes bandas del estilo.
Pues
bien ¿Qué encontramos en este poderoso Rehenes? (aunque el nombre del título no
me queda claro). Vemos a un Gustavo más compenetrado en la música en
el sentido que encaja más con el sonido de este disco comparado con el 'Renacer
en la tormenta' donde recién comenzaba a cantar en español después de su disco
debut. Siento que se acomoda bien escucharlo en español a parte que esta vez
los coros son más notables.
Siento
mayor notoriedad en el teclado, te causan intriga y le dan una sensación
misteriosa y universal. Uno bien logrado es con el intro 'Presagio' muy
familiarizado en la banda que se involucra en casi todo el disco pareciendo un rehén
de las canciones. Temas como 'Alpha y Omega' o 'Rehenes de un falso Enigma' son un claro ejemplo de ello. Este último destacable las voces de Javier
Barrozo (ex Lörihen) y de Miguel Angel Cervantes (Loco Cervantes) junto a los
coros finales de Ingrid Castro (Hamadria).
De izq. a der.: Sebastian Beltran, Pepe Ormeño, Frank Cordova, Gustavo Fernandez, Brian Henriquez y Pepe Irei
La
lineal musical de Fallen Symmetry logra emociones y gusta demasiado las letras
como 'Aún en Pie' que nos habla de levantarse ante la adversidad o canciones
como 'Punto de No retorno' donde nos muestra unas líricas muy positivas. Con 'Aún en Pie' se siente toda la magia entregada por la banda e
invitan a corear junto a su invitado Javier Barrozo que se luce haciendo brillar su voz inconfundible.
El
doblete de guitarras de los nuevos integrantes de la banda como son: Pepe Irei
y Sebastian Beltrán le han dado otra tonalidad y se siente más fresco y sus
influencias han quedado marcado en este álbum. Ni mas que hablar del bajo a cargo de Brian Henríquez quien posibilita mantener la base rítmica (nótese Enigma o Apocalipsis) y como mencione antes el teclado envuelve muy bien las canciones.
'Rehenes'
contiene canciones veloces con riffs melódicos, pero también canciones pausadas
donde se siente lo progresivo que es un estilo que aprovecha la banda para no encasillarse en un genero especifico. Con 'Apocalipsis' pueden darse por satisfecho. Para finalizar la última canción 'This Fire' es la cereza en el pastel y también la única cantada en ingles. Además una sorpresa donde tiene de invitado al más grande Mark
Boals con un inicio espectacular que me recordó a una banda local de los últimos tiempos. This Fire tiene como protagonistas no solo al ex vocalista de Yngwie Malmsteen sino los solos de guitarra deBenjamin Machin (Crystal Gates) y los ex Fallen Symmetry:Aaron Huaman (ex tecladista) y Nicolás Morales (ex guitarra).
Sin duda un buen álbum. Escuchable con coros muy pegadizos.
Es tan gratificante escuchar
a bandas como Chemicide, te hacen sentir que no importa lo viejo, inexperto o indeciso
que te encuentres, si te decides a hacer algo con pasión es seguro que las
cosas te saldrán de maravilla y este es uno de esos casos particulares. Se nota
a leguas el entusiasmo de estos muchachos provenientes de las calurosas tierras
de Costa Rica por internacionalizar su contemporáneo Thrash metal con un sello
de profesionalismo, el cuarteto conformado por Jorge Salazar en el Bajo, Luis Fer tras los tambores, Sebastián Quirós en la guitarra,
y Frankie en la voz y guitarra, la tienen bien clara y no se
guardan nada, ellos son una banda Thrash a toda usanza no solo en lo musical, desde el concepto de
portada , la tipografía del logo, la indumentaria, todo en estos compadres tiene
que estar de acuerdo al guión, como salidos de una película retro que tiene a los callejones más repelentes de la
bahía de San Francisco como escenario principal.
Con “Self Destruct”
se contrapone un estilo de vida de ¡haz o muere!, no hay de otra, la
aplanadora te pasa por encima y sin que te des cuenta ya estás bien planchado
para recibir a "Lunar Eternity", un tema que marca la diferencia a
pesar del prejuicio común de tildar de vagos y alcohólicos a los
músicos de metal en general, a estos mutantes no se les puede criticar falta de
dedicación, cada integrante es diestro en instruir con
eficacia a su instrumento y eso demuestra horas de trabajo duro y práctica. "Common
Sense" tiene una composición que la hace intrincada, rebosante de
solos, interludios a medio tiempo y sobre todo velocidad, mucha velocidad
para que ni siquiera puedas agarrarle el ritmo. Después de un correteo
prolongado de casi 13 minutos, "Barred Existence" nos ofrece una
primera parada de respiro, la canción gana bastante cuerpo gracias a
la destacada participación del bajo y la batería.
Lo que se nos viene a continuación es
una trilogía que se enreda como nudo de rabia en la garganta, y es
que las problemáticas de las naciones del denominado "tercer mundo"
son tocados con aguda celeridad convulsiva como en "False Democracy" que dirige su metralla en contra de la tiranía disfrazada de libertad, en "Color Blind" se denuncia el prejuicio racista que solo distingue según el color del cristal
con el que mira y en "Strike As One" se hace frente a la intolerancia represiva, finalmente "Disposable" es el colofón anacrónico que
recuerda a aquellas glorias del crossover y el thrashcore de los
inolvidables años ochenta.
Este recambio generacional nos trae una
larga lista de bandas portadoras de una nueva sensibilidad y genuino interés
por hacer música agresiva sin descuidar la calidad, dentro de esta camada
Chemicide es de la estirpe más fiera, como los lobos de presa que no paran de
correr hasta agarrarte por la yugular. ¡Excelente!
Cada vez que los fineses de Amoth
lanzan una nueva producción lo hacen variando su lenguaje musical sin salirse
por la tangente, siempre buscando la posibilidad de reinventar nuevos giros
melódicos que los diferencien de lo cotidiano en el heavy metal tradicional.Desde el álbum"Crossing Over", que considero el mejor a mi gusto personal por
aquel efecto reflejo de esparcir luz sobre la niebla que envolvía el disco y
destacando además por su buen toque progresivo, hasta"Revenge" con ciertos
acercamientos neo thrash que a ratos coincidía con el power metal europeo, ahoracon "The Hour Of The Wolf"
las cosas cambian pues han decidido realmente conducir su emprendimiento sobre
mojado y vaya que sus maniobras sorprenden.
Con “Alice”, tema de apertura, el disco avanza por la senda del rock duro melódico, muy semejante al AOR típico de las bandas californianas de los 80’s, no disgusta pero tampoco nos da chance de digerirlo rápido, tal vez debido al falso precepto que sugiere su portada, con esa imagen uno espera una obertura mucho más desenfrenada o semejante al thrash o speed metal pero es todo lo contrario, le sigue "The Man Who Watches The World Burn", una alegoría histográfica a la violencia oculta tras el entorno hostil que insensibiliza alos desadaptados ¿Quién no ha querido ver al mundo arder en algún momento? la armonización se ha valido de mil y un artificios para brindarnos una obra de alto cuño que desde su matriz despliega una serie de arpegios, solos de talante neoclásico y demás recursos que catapultan una canción destinada a ser un clásico de cinco estrellas.
Si al comienzo no comprendíamos el por qué de un inicio tan poco usual
para un disco de este calibre, pues con "Wounded Faith" las cosas
regresan al cauce, su premeditado ritmo veloz es acompañado por arreglos a
doble muñeca por parte de ambos guitarristas, quienes hacen constancia de su
portentoso poder constructivo, si aplicáramos el concepto de: "el orden de los factores no altera el producto" hubiera quedado mejor como tema de
apertura, sin embargo este disco prosigue bajo sus propias reglas y por si
fuera poco con dosinstrumentales
seguidas: Wind Serenade (part I)y la subsecuenteWind Serenade (part II), a esta última solo lefaltaríaunaostentosa voz ochentera para convertirse en una verdadera Power Ballad.
We Own the Night tiene un aura sombríamente
amenazadora y expectante, pero sin más armas que el poder afilado de sus
guitarras, la bateríahace amagos de doble
bombo y hastablast beatsy la voz tiene el suficiente criterio para manejar sus tempos y no sobre
esforzarsedemasiado, Pekka Montin hace
bien en convivir mesuradamente con sus temas y obtar por un toque clásico en vez de pavonearsecon algúnagudo inalcanzable. "It Ain't Over Yet" fue escogido como
segundo single promocional y presentauna interpretación
virtuosa, fuertemente enraizada en elthrashde los 80, que por momentos parece improvisar duelosde guitarra a toda marcha,unacanciónque tras sus pasos incluyeinsertos de fuerte
contenido social: la intimidación en todos los ámbitos, ya sea como bullying en
las escuelas o acoso en el trabajo debe parar.Asílo afirma la banda en estetema que
definitivamente invita a la reflexión. "Traces
In The Snow" es una balada de oportuna soltura vocal, se abandona la
complejidad y se abren los caminos a la solemnidad noble pero bien trabajada.
Finalizamos con "The Hour Of The Wolf" otra futura pieza de
museo en este álbumque así como se acerca a la complejidad, se
aleja rápidamentede los conceptismos difíciles
de entender,Pekka Montin (Ensiferum), resalta su
voz con valentía,cuando tiene que ser Heavy lo hace a
todo pulmón y cuando requiere suavizarla, la apaga con
adecuado sentido melódico.
Los estándares que exige el heavy metal tradicional han
sido modificados por el más inventivo tecnicismo moderno, Amoth nos regala
verdaderas preseas que no solo hablan de ciencia ficción, aquí también hay
cabida para la crítica social.
Imposible no disfrutarlo de principio a fin.
En
mi adolescencia era casi un pasatiempo visitar las pocas tiendas de discos que existían
en la ciudad y pasar horas observando aquellos CD’S exhibidos sobre envejecidos
muebles que fungían de improvisados mostradores para sus dueños, estar frente a
aquel panorama era más que estimulante para mí, representaba una tediosa decisión
de compra condicionada además por mi gusto hacia el Death metal, escoger el álbum
con la caratula más repugnante, grotesca y visceral siempre era una inversión segura,
significaba haber tomado la mejor decisión, como dirían las brujas de Macbet: «¡Lo
bello es feo y lo feo es bello!», y si aplicamos estos mismos preceptos a "Fermented Cranial Inebriating Fluids" ultimo EP de los Americanos Cerebral Incubation diríamos que han pasado la prueba de fealdad.
Así comenzamos esta reseña con una imagen entre divertida y repugnante en la portada del álbum y concebida desde los cimientos que erigen esta pared de sonido brutal, osea pura perturbación mental para mentes podridas, una desviación que resume también sobre la superficie, por momentos el disco suena demasiado lineal, luego cae y tiene ciertas subidas, como en "Euphoric Rapture by Decapodiformes" que inicia con un sampleo de dialogo que al parecer ha sido sacado de alguna película o serie de tv, poco después sigue "Fermented Cranial Inebriating Fluids" con otra conversación cutre de preludio, esta vez los recursos grindcore
sobrepasan el desnivel, los chillidos de cerdo encuentran mayor estabilidad
para no perderse entre los altos decibeles, aunque
la batería me sigue sonando demasiado plástica, y el bajo ni que decir... desde el primer minuto lo ando buscando.
Llegado "Throbbing Abnormalities of a Mutilated Cropharynx" nos topamos con una seccion Slam descomunal, tocado a toda regla y con cautela hasta en los detalles , conservando los distintivos que envalentonan al estilo, un pico alto difícil de repetir después de superada la media de duración de este EP, lo que se viene de pronto es un tema de arrebato furtivo, "Infatuated Acroposthion" quiere igualar a su predecesor, pero la verdad es que la batería nuevamente suena fuera de foco, esta vez me coloco los audífonos para intentar distinguir el bajo y no lo consigo.
"Hematolaghai Dysmorphia" concluye un trabajo que reincide
constantemente en reproducir la cacofonía sin intención estética, lo que es totalmente
comprensible, sabemos muy bien que el abanico de lo grotesco ofrece un millón
de posibilidades, por otro lado se descuida la musicalidad sin llegar a ser del
todo deficiente, y es que el problema no es la producción ni la mezcla, si no
las intenciones renovar el formato y mejorar la performance. Un EP con un
sentido del humor muy retorcido que adquiere protagonismo en algunos lapsos
de fugitiva inspiración. A tomar en cuenta a Cerebral Incubation.
Calificación: 5.8/10 Lista de Canciones:
01. Euphoric Rapture By Decapodiformes
02. Fermented Cranial Inebriating Fluids
03. Throbbing Abnormalities of a Mutilated Cropharynx
Light Beneath es una agrupación Finlandesa de
Atmospheric Post-Metal formada en el 2018 por sus cuatro miembros originales
con la idea de darle una relevancia disidente a sus gustos musicales, sus
influencias oscilan entre el rock más dosificado hasta el metal extremo, todo
junto y bien cuajado, pero escapando un poquito de las limitaciones del medio, el no encasillarse en cualquier categoría específica es su
mejor carta de presentación, sin embargo; los datos casi inexistentes sobre la
identidad u origen del grupo nos hacen suponer que han querido capturar aquel
cliché usado por muchas bandas de Black metal actualmente, pero en su caso no
creo que su intención haya sido seguir tendencias, por el contrario; parece una
especie de herencia ancestral, pero sigamos analizando el aspecto
netamente musical de este, su debut homónimo (Light Beneath), una placa que
busca establecer la incidencia en la construcción de su música, ¿pero cómo lo
hacen?. Pues solo hay una forma: Arriesgándose sin considerar los
condicionamientos.
Da origen a este disco “Beneath Water” con una apacible
introducción de guitarra , desde ya uno puede predecir lo que se nos
viene, pronto te sorprende una vociferación de pura rabia que parece
exigirse al punto máximo sobre las cuerdas vocales del cantante, esa tensión va
alternando frecuencias entre acordes adaptados a la melodía, las dos guitarras
trabajan en coordinación redoblando esfuerzos para redibujar el camino que recorrerán alternadas
entre si, sin obviar en ningún momento la amplitud de su temática, la
onda aquí es muy sombría, y a pesar de no contar con las liricas a la mano, con
algo de atención se puede casi definir una letra de fuerte
sentimiento depresivo. “Sirens” es un tema que en sus primeros dos minutos te
recuerda al wave etéreo de bandas como Cocteau Twins o Lush, la voz
sigue reventándose al máximo de su registro mientras los riff cambian a una
solidificación metálica casi industrial, incluso se puede escuchar efectos de scratch tipo
DJ en la estructura de la canción.
"No deseo una noche porque estoy esperando dormir. Dormir no
es seguro. Estoy esperando la mañana porque entonces sé que ha comenzado un
nuevo día y tal vez me despierte. Entonces es bueno para mí existir. Por otra
parte, estoy esperando la noche ". tal vez este fragmento ha sido el mayor
sustento para elegir a "All These Faces" como segundo
single promocional del disco, es idóneo para que la poesía resuma
sobre los surcos corroídos del Black Metal. "Ravens" es de
sencilla base de rock pero de elaborada atmósfera pesada, sin necesidad de
artilugios suena compacta y sobre todo emotiva. La escena finesa
de rock y en especial del metal pesado suele caracterizarse por estar
basada en el misticismo de la naturaleza de sus paisajes, está en su ADN crear
ambientes hipnóticos en su música y lo hacen con mucho sentimiento, así
transcurre los primeros dos minutos y medio de "34" donde estaremos
vagando por aquellas tierras baldías rumbo al ensimismamiento
del "yo", como he repetido constantemente, en este disco la voz
se las rifa al 100% y solo obtiene descanso en los fugaces momentos de calma.
Concluimos con "Redivivus", que es la expresión viva del ensueño
melancólico, si por un momento reemplazáramos a la voz original y
pusiéramos en su lugar a Robert Smith de seguro tendríamos un
bonus track para la siguiente reedición de
"Disintegration". Light Beneath no encara los géneros, decididamente los
sobrepasa con pasión y calidad. A pesar de su tono sombrío, es posible
encontrar el refugio personal a contraluz por la emotividad del soft
rock, dream pop y shoegazing , todos articulados con minuciosidad, pero
perfectamente diferenciados de su contraparte más salvaje y primitiva. Sin duda
de lo mejor para reunirse con uno mismo desde el ensimismamiento musical.
Cada
cierto tiempo me es grato escuchar este tipo de bandas y revivir un poco de
historia, indagar sobre el origen de su estirpe. Casi siempre esta búsqueda termina
en un gran legado de sucesiones intergeneracional de alta alcurnia, por que
para ser sinceros, la calidad no se mide por la venta de discos o por la cantidad
de videos que tienes en MTV, como ejemplo tienes a grupos como Watchtower, Coroner,
Hexenhaus o Voivod que han mostrado integridad absoluta a su música, con poco o
moderado éxito siempre han estado ahí fieles a sus convicciones. Es así que pasamos
a analizar el último lanzamiento de los neerlandeses Anatomy Of I , una banda que comparte cierta semejanza con
los grandes nombres antes mencionados por ser heredera natural de una larga tradición
musical, esta banda ha sabido encajar muy bien la cuota progresiva dentro de su death/thrash
metal con una destreza que recuerda a la del malabarista que mantiene los
objetos en equilibrio dando vueltas en el aire. Si bien este lanzamiento
llamado “The Los(t) Angered Sessions” no es inédito, ya que parte de su
contenido es material grabado entre los años 2005/2006, sigue siendo relevante.
El álbum comienza con “Drowning” con una voz que recuerda mucho a la de Jeff Walker en su etapa Heartwork, las guitarras utilizan variados intervalos para crear una base melódica de rápidos movimientos acompañados de una batería igual de versátil pero muy potente, un inicio más que brillante, cabe resaltar que esta misma cancióntiene la colaboración de Rune
Foss en una versión más “heavy tradicional” al final del álbum. “Day of Wrath” tiene un desplazamiento igual de rápido que su predecesor , pero
más direccionado al ritmo, las guitarras, la batería y sobre todo el bajo van
generando un groove de estrofas pausadas y melodías enérgicas. "Vitrified Brain Fragments" se sale de cuadro, es otro de los puntos altos del disco, por momentos alejado de la velocidad, con unos arreglos rítmicos precisos que lo hacen sonar grandilocuente. "Malice and Deceit" sorprende con un inicio a lo Bay Area, pero pronto la batería da el batacazo para un surtido instrumental Centroeuropeo con gran performance nuevamente de bajo y bateria. "the Creation of Chaos" es death metal melódico pero en otro sentido, no en el ámbito "Gotemburgo", aquí se ajusta más al sonido primigenio con una ejecución tradicional, los guitarristas se lucen con una buena técnica para los solos melódicos y en crear esos arreglos entre transiciones, que como he repetido en varios casos, son la esencia de la estructura progresiva.
"The
End of Eternity" es otra genialidad que vuelve a la dinámica de la rapidez, firmemente afianzada a un estilo Death/Thrash Metal y con un bajo subido de revoluciones, no por casualidad el mismísimo Steve DiGiorgio (SADUS, DEATH, TESTAMENT) fue parte del primer álbum de la banda llamado "Substratum", aqui las influencias de Sadus y Death de la era "Human" son notorios.
"Cosmic Rain" pareciera ser cercana a
nuestros sentidos, mucho más introspectiva por el tono melancólico que
acompaña al susurro de la voz, las guitarras acústicas brindan las
prestaciones necesarias para enfatizar el ambiente sobrecogedor y los solos nuevamente destacan por la virtuosidad con la que llegan a conmover, contrastandocon la intensidad
desbordada y rasposa de la voz.
Sin tantas acrobacias Anatomy of I han logrado recoger el espíritu añejo del metal progresivo para crear una moderna innovación en movimiento. Todos los elementos clásicosestánaquí y giran con gran maestría. Muy recomendado.
La disonancia. Para entender por qué esta vibración tan poco agradable al oído humano llegó a tener tanta cabida en la música moderna a partir del siglo XX, tendríamos que remontarnos hasta la Rusia Zarista de Nicolás II y conocer a una de las mentes más brillantes de todos los tiempos: Igor Stravinsky, un verdadero metalhead de su época, por no afirmar que fue el primero de la historia. El genio creador detrás de "La consagración de la primavera" (1911) el mayor icono musical de vanguardia conocido hasta nuestros días, compuesto como
una amalgama de diferentes tradiciones musicales etnofolclóricas y reinterpretadas de forma magistral por Stravinsky, quien incluiría en su obra diversos pasajes polirítmicos de vertiginosa resonancia, sin él, aquel ruido insoportable jamás hubiera llegado al público de la manera que el afamado compositor quería. Su intención era causar miedo con la música, reconstruir la angustia del sacrificio ritual hacia la naturaleza con un experimento que más que ciencia parecía magia pura; como era de esperarse, en su debut la obra recibiría tal nivel de intolerancia que el púlpito supersticioso ante
tan aterradora instrumentación armaría una verdadera batalla campal como protesta.
Imaginar que aquella noción musical trascendería hasta nuestros días no era descabellado, psicológicamente la civilización ya estaba preparada para interiorizar la disonancia después de asimilar subconscientemente casi un siglo de guerra, hambre y destrucción, que la armonía se quebrara era de esperarse, ya hacia falta un medio que expresara los claroscuros de la existencia en toda su dimensión. Se pensaba que la disonancia era capaz de penetrar nuestra corteza cerebral, llegar al cerebro reptil y despertar aquel instinto primitivo de alerta y reacción, como si del sentido arácnido de Spiderman se tratara ,que los primeros grupos de Heavy metal usaran este recurso no fue pura casualidad, ¡fue causalidad!; y es aquí donde nuestra reseña comienza, después de un largo preludio podemos decir con total seguridad que "Triptych", tercer disco de los norteamericanos DISCHORDIA, ha establecido un nuevo canon para esta relación simbiótica entre música y disonancia, son nueve canciones producidas y mezcladas por Colin Marston (Gorguts, Krallice, Behold The Arctopus, etc.) que anticipa un resultado único en su tipo que detallaremos a continuacióncon minuciosidad de detalles. "Mind of Dust" es como caminar sobre brasa al rojo vivo, es casi imposible que nuestro cerebro pueda lidiar con semejante información auditiva a primera escucha. Una combinación única de disonancia, brutalidad técnica y nihilismo, si casi lo terminas de pie es posible que te desmorones con la brutal sección final que retumbará tu cabeza hasta que caiga el ultimo pedazo.
"Bodies of Ash" es un tema que te deja sin palabras, las texturas discordes son tan coetáneas que fluyen con naturalidad hasta el interludio de sublime pero inquietante melodía, un tema que a gusto personal disfruté sobremanera ya que me recordaría en parte a la música ambiental del Exorcista II: el hereje, "Spirits of Dirt" parece una jodida bomba del tiempo, no sabes en que momento te explotará en la cara, la tensión se te escabulle por los poros hasta que por fin llega la guturalidad para aliviar irónicamente el momento de ansiedad. Con "The Wheel" tendríamos que convertirnos en una calculadora humana para cuantificar el número de transiciones por minuto que acumulan estos maniacos, quintas y octavas consecutivas donde se ha priorizado la atonalidad compuesta por notas extrañas y acordes cada vez más complejos, al igual que en "The Whip" donde la transformación polimorfa esta acompañada por diversos arreglos que a estas alturas son muy difíciles de decodificar sin antes detenerse a procesar lo escuchado, pero este disco no da tregua y sigue machacándonos.
"The Carriage" inicia con un intro de acordes lóbregos que serán la pauta de una muralla de riff ultra slugde sobrecogedores, la canción gana fuerza a pasos cortos hasta que pasado los 4:00 minutos entra al pandemonio instrumental, el trabajo de las guitarras esta a otro nivel, aquí no se le da vuelta a la «teórica» de las escalas, aquí simplemente se las destruye, llegar a este punto te hará suplicar que detengan este disco, por que simplemente "te quieres bajar", esta fuera de lo normal poder procesar en un espacio tan corto de tiempo todos los sonidos que se ejecutan aquí al unísono, biológicamente el cuerpo humano esta preparado para escuchar no más de 10 al mismo tiempo, una verdadera locura. "Panopticon" es directo y visceral, pero su singularidad recala en su retrogresión que mengua hacia la calma para después regresar nuevamente a la tormenta, una estructura compartida también en "Purifying Flame". Finalizamos esta intrincada obra con "Le Petite Mort", que más se puede decir que no se ha dicho antes, las palabras realmente se quedan cortas, hemos sido testigos de la más despiadada experimentación, nos hemos desplazado sobre los pantanosos terrenos del serialismo, atonalismo y el dodecafonismo y hemos salido con vida, pero mentalmente tal vez no volveremos a ser los mismos.
No me cansaré de alabar y recomendar efusivamente este disco a las nuevas generaciones, ¡Dischordia a partir de hoy no tendrá fans, tendrá discípulos!