No necesitas ser un genio para
comprender la curva que el death metal
ha trazado desde los años ochenta hasta el día de hoy, son tres décadas de
ramificaciones, cada una con sus peculiares atmósferas, argumentos narrativos y
técnicas convertidas en enfermas exhibiciones que buscan inflingirnos los
suplicios por los que ha pasado este género durante sus múltiples
encarnaciones; y es justamente esto lo que
hemos vivido en carne viva el pasado 02 de noviembre en el teatro Kantaro del Centro de Lima, fecha
pactada para la presentación de Obscura y
I am Morbid en la capital. Como se comentó en algún momento en la web, fue
el choque de dos potencias incomparablemente destructivas, cada una en su
particular forma de hacer metal extremo, y esta es nuestra morbosa y oscura
aproximación a una noche en donde el futuro y el pasado se dieron encuentro
para colapsar todo a su paso, esto fue Obscura
y I am Morbid en Lima.
Tener a Obscura en nuestro país es todo un privilegio, son de aquellas bandas que escapan de las miradas oblicuas para contemplar posibilidades fuera de este mundo, se han vuelto los voceros de una nueva era y tenerlos de gira por estas tierras generaba una expectativa tremenda, avivada en parte por los marcos conceptuales desarrollados en todos sus discos y esa virtud técnica que no sabe oponerse a la tentación de encolerizarse cuando le llega el momento. Al fin y al cabo es death metal, y su impacto se basa en eso, en someterte a su brutal pegada. Todos los músicos que han pasado por esta agrupación han sabido captar ese fundamento, manteniendo sintonía con Steffen Kummerer quien constituye la pieza que le da sentido a todo lo que se mueve en Obscura, sin desmerecer el aporte de todos esos monstruos que lo han rodeado continuamente en su camino, y aunque para esta gira la ausencia de Jeroen Thesseling (bajo) y David Diepold (bateria) fue una total sorpresa para mí, no deje de admirar el profesionalismo de los miembros sustitutos que se mostraron a la altura de lo que se esperaba de ellos.
Con un buen marco de público el concierto de Obscura arrancaría con "Forsaken", y una vez más los puntos oscilantes en la escala prog muestran su lado más hipnotizante, la maestría musical del bajo cede lugar a la criminalidad de la voz de Steffen Kummerer quien trabaja desde el armazón de riffs que suman poder con la regresión entre el estado de gracia melódica y la brutalidad. Sin apenas recuperarnos del impacto, "Emergent Evolution" continuaba la 'masterclass' de estos abanderados del death metal técnico, no obstante; las revoluciones bajarían con "Devoured Usurper" y un tempo medio que eleva esa notoria herencia proveniente de Morbid Angel, tras su término continuaría "Akróasis", seguida por "The Beyond" y la incomparable "Ode to the Sun" una canción que describe al astro rey con un profundo respeto y una sensibilidad que tiende a hacer dignas de compasión aquellas crudezas que se incrustan en nuestros oídos.
Con "Orbital Elements" se obtuvo un momento sublime en el que la melodía hace que literalmente esta canción instrumental vibre hasta nuestras fibras más personales, colmando nuestro ser de un estado de gracia subliminal. Esto es lo que hace única a esta banda y es la principal razón por la que destaca sobre sus contemporáneos, y no es solo eso, porque en el caso de las temáticas que abordan sus letras, hay mucho que elogiar también, es de admirar la manera cómo se utiliza el verso poético para dar sentido a la existencia y todo lo que la rodea, tanto si se contempla desde la inmensidad del cosmos o desde las escalas más reducidas, todo tiene una causa y efecto para esta agrupación que parece encontrarle el significado a lo que permanece invisible ante los ojos mortales. Escuchar atentamente "The Anticosmic Overload" te hace consciente de ello, en tanto que "When Stars Collide" esboza tales ideas en una manifestación casi melodramática de que todo está propenso a desaparecer, es aquí donde se luce la sapiencia de unos tipos bregados por la música clásica, y a los que no les tiembla la mano si hay oportunidad de acondicionar novedades como el acompañamiento especialmente limpio en las voces durante el estribillo. Ya bien preparados para la emboscada final, "Septuagint" expande sus tentáculos con ansias de que crucemos sobre su superficie, protuberante y sofisticada, aquel tentador abismo en donde el mundo se divide entre lo real y el anti-cosmos.
Finalmente el set cerraría con un himno que fue
recibido por todos los mutantes como si de una revelación divina se tratara,
de esta manera "Incarnated"
tomaba posesión de todo el recinto para hacerlo volar por los aires con un
azaroso circle pit que se acrecentaba
a la par que el público se unía a Steffen
Kummerer con el canto de este temazo de gran acervo literario. Así concluye
la presentación de una banda inmersa en la búsqueda del cambio permanente,
incluso cuando el curso de los acontecimientos está en pleno proceso de evolución, Obscura
no para de reformular y ampliar sus horizontes más allá de lo que conocemos
como death metal.
Galería de Fotos 1:
Setlist
Forsaken
Emergent Evolution
Devoured Usurper
Akróasis
Ode to the Sun
The Beyond
Orbital Elements
The Anticosmic Overload
Ocean Gateways
When Stars Collide
Septuagint
Incarnated
I am Morbid
Pasada las 10:00 pm, I am Morbid sube
al escenario con David Vincent al
frente, acompañado por la otra referencia indiscutible para el género, Pete "Commando" Sandoval,
ambos vienen con mucha historia a cuestas, son más de 30 años musicalizando las
calamidades del mundo, con un tanto de altas y bajas claro está, pero nadie
puede negar que ambos saben hacer muy bien su trabajo, por algo no han sentado
las bases de esta maldita música del diablo a su antojo. Ellos simplemente
movieron los hilos y todo cambio a su alrededor, al ritmo que se les dio la
gana y esto por alguna extraña razón sigue dando el mismo resultado, aunque los
ciclos se repitan innumerables veces pareciera que una mano negra siempre
intercede para que estas canciones no caduquen al oído jamás.
Así comienza
"Immortal Rites", blasfemo
hasta el tuétano, adecuado para alguien tan dotado para el pensamiento perverso
como David Vincent, su voz permanece
solida al molde, las descripciones enfermizas y, cabe decir, todas las
ficciones logran su cometido. Ya todo el mundo sabe que cuando "Fall From Grace" hace su aparición
se sobrepasa lo racional, es un viaje pavoroso dentro de un laberinto de riffs
que se canibalizan unos a otros dentro de una hipérbole de rapidez despiadada.
Canciones como "Visions From the
Dark Side" o "Blessed Are
the Sick" tienen la merecida relevancia que se le otorga en la
actualidad. Son canciones fundacionales que sacuden, perturban y atormentan sin
mediar distinciones, a la vez que se mantiene la dureza de un sonido
enfáticamente vibrante. A partir de "Rapture",
la gira hace patente su denominación de "30th anniversary of Covenant" generando vapores tenebrosos
entre los mutantes que deliran con "Pain
Divine", "Vengeance Is Mine", "The Lion's Den", "Sworn to the Black", "Blood on My Hands" entre otros
trallazos que iban a ser guardados para la acometida final. Ya es sabido que Bill Hudson ha tomado un papel relevante
dentro de una formación que no alberga dudas acerca de sus capacidades, esa
misma certeza la comparte el público que reconoce la ardua labor de compilar de
manera aguda y magistral todo un legado histórico, impregnándolo hasta cierto
punto con su propia personalidad. Del mismo modo Richie Brown ha sabido empaparse del sonido de aquella institución
del metal extremo que es Morbid Angel,
adecuándose a un estilo complejo del que no puedes titubear ni por un instante
si no quieres ser lapidado por una turba endemoniada a la espera del más mínimo
error para funarte.
Finalmente no hubo ningún ser vivo que no haya sido tocado
por el malditismo de estas aterradoras historias que parecen sacadas de un grimorio
secreto, oculto a ojos impávidos, que estoy seguro, no soportarían la vorágine
agitada de sonidos extremos acaecidos con "God of Emptiness". La exploración de tempos más lentos y
armónicos alcanza su nivel más bajo en esta caída hacia los abismos que culmina con "World of Shit
(The Promised Land)".
No hay nada que objetar, literalmente un cierre así merece el desquiciante desenlace de un pogo descomunal que los traga de un solo bocado, para hundirnos en las entrañas ardientes del mismísimo infierno.
Galería de Fotos 2:
Setlist
Immortal Rites
Fall From Grace
Visions From the Dark Side
Blessed Are the Sick
Rapture
Pain Divine
Vengeance Is Mine
The Lion's Den
Sworn to the Black
Maze of Torment
Dominate
Where the Slime Live
Blood on My Hands
God of Emptiness
World of Shit (The Promised Land)
De esta forma se dio cierre a un concierto que no puede ser considerado uno más
del montón. Aquí no solo se puso en evidencia a lo mejor del death metal en su más variada expresión,
hay algo más que rescatar de todo esto, y es la trascendencia que implica vivir
el pasado y el presente por un instante. Esa colisión de fuerzas ha sido indudablemente
devastadora y estoy seguro que su vibración nos abrirá nuevos caminos a
explorar en un futuro. Nada de esto hubiera sido posible sin la dedicación de
PMC Shows quienes parecen vivir las mismas fantasías perversas que nosotros. Esperemos
que esta iniciativa no acabe nunca porque aún hay muchas abominaciones que
esperan ser sacadas del inframundo metálico.
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