Dave
Mustaine demuestra nuevamente de que está hecho. Sus agallas le han
hecho salir de situaciones de extrema complejidad y es esto mismo lo que lo
mantiene en pie para embarcarse en este nuevo tour denominado "Crush The World Tour 2024", el cual
dio inicio justamente en la ciudad de Lima el pasado 06 de abril. La
fecha estuvo cargada de bastante especulación de por medio. Por un lado, se
escuchaban los rumores, razonablemente justificados, de que puede que esta sea
la última oportunidad de ver a la banda inmersa en giras de grandes estadios;
por otro lado, se hablaba sobre una baja venta de entradas que amenazaba con
brindar un pobre marco de público al evento. Al final todo esto pudo ser
despejado en menos de un parpadeo. Ni bien Mustaine hizo acto de presencia en el escenario se metió al público peruano al bolsillo y la sinergia
entre Megadeth y sus seguidores no se
hizo esperar.
El setlist arrancó sorpresivamente con el debut en vivo de "The Sick, the Dying… and the Dead!" y ese dinamismo fresco
provisto de la misma garra de siempre, sin duda este track mantiene en vigencia a un género que sigue ostentando un
evolucionista apego por los años dorados del thrash metal, por su parte "Dread and the Fugitive Mind" fue abordada por el compromiso
total de la fanaticada. El colorao (como cariñosamente se le dice a Mustaine en esta parte del mundo)
atrapaba la acción sin detenerla, mientras inmortalizaba los detalles más mínimos
con su Gibson Flying V, en tanto que Teemu Mäntysaari (nuevo guitarrista de la
banda desde el 2023) complementaba la potencia del ensamble con una sobriedad
determinante que le haría pasar su primera prueba de fuego ni bien sonaba el clásico
"Devil's Island". Cada
nota, cada riff, cada solo de
guitarra era vivido con una intensidad contagiante. Llegado este momento ya era
hora de participar en el moshpit, y
el tumultuoso mar de cabezas humanas me llenó de una emoción deliciosamente
gratificante. No terminaba de recuperarme cuando "Hangar 18" me paso por encima como un aluvión que no tiene
otro fin que el de llenar el vacío de aquellos 14 años que Megadeth tardó en retornar a tierras peruanas. "Wake Up Dead" y "In My Darkest Hour" continuaron desempolvando el arsenal pesado al tiempo que
algunos metalheads bufaban, arremetían
furibundos, y se jugaban la vida unos contra otros haciendo eco junto al oleaje
embravecido de la costanera limeña.
Vic rattlehead salvaguardando la ley y el orden junto a un miembro de la policía nacional del Perú.
Algunos mutantes bien avanzados por el alcohol y la euforia post-concierto
Los himnos indiscutibles no
dejaban de sonar: "Sweating
Bullets" y sobre todo "Hook
in Mouth" fueron recibidos por el inquietante torbellino de rostros
fugaces que en algunos casos se veían seriamente mermados por el calor
sofocante que reinaba en el recinto,
algo que efectivamente confirmaba que la locación estaba al borde del sold out. El solo hecho de respirar era
un goce y algunos mutantes ya mostraban signos de vivir un personal "Countdown to Extinction" que visiblemente
los dejaba con la lengua afuera por todo el esfuerzo desplegado. Tras el fugaz, pero no menos certero "Trust", llegaría el turno de "Tornado of Souls", uno de los temas más
esperados de la noche. La canción levantaba polvo allá donde llegaba. No hubo
oportunidad de quedarse inmóvil cuando la marea de gente se convirtió en un
tornado de almas que se llevaba todo a su paso. La hipérbole con esto estaba
justificada, y no me fue difícil reconocer la alegría de Mustaine al ver la tremenda entrega de los aficionados peruanos, su
sonrisa delataba un gran respeto a la par que exclamaba visiblemente emocionado
un: “Gracias, los quiero mucho".
Después de una breve pausa le tocaría el turno a "A tout le monde" una canción que habla por sí sola a través de
la tristeza compartida de muchas personas que anudaron algún recuerdo emocional
a su letra. No me sorprendió para nada voltear la mirada y ver algunos rostros
de piedra cincelados por la humedad que goteaba en sus ojos. Este concierto
estaba determinado a ser un subibaja de emociones y el empuje de la gente aún
estaba lejos de alcanzar su máximo esplendor, prueba de ello fue la tremenda
descarga de energía que se escuchó en "Symphony
of Destruction" y su peculiar coro de: "Perú es Megadeth", momento en que cientos de voces al unísono
dejaron sin palabras a un Dave Mustaine
visiblemente impactado por la situación. Ante esto no se le ocurriría mejor
idea que darnos un cierre de antología para tremendo show, "Peace Sells"
hizo su aparición para sumirnos en un estado de euforia perpetua que desconoce de
fuerzas ordenadoras cuando hay mucho sentimiento de por medio. Todo era una
locura total y esto continuó con "Mechanix"
y no se detuvo hasta llegar a "Holy
Wars" que fue cuando casi todo el Arena 1 estuvo a punto de
convertirse en una pila de escombros.
No quiero terminar sin antes alabar la entrega incondicional del público
peruano. Esta vez las discordancias no fueron un aliciente para la falta de
respeto ni para promover el mal comportamiento entre los asistentes. Debemos
reconocer que si bien la convocatoria de Alther
fue la decisión mas desacertada que tuvo la productora Kandavu, por otro lado la de escoger a Difonía definitivamente fue
la más apropiada. Realmente a las productoras no les mueve el piso la aceptación
que tienen los teloneros, ellos ven sus intereses y nosotros los nuestros, y en
este caso ver aquellas canteras de jóvenes neófitos acudiendo en mancha a
conocer a los pesos pesados que le dieron cuerda a todo, fue ciertamente esperanzador. Nos
hace pensar que esto es cuestión de lazos, de como una cosa lleva a la otra. Si
un seguidor de Difonía sabe darse cuenta de esto, me pregunto: ¿por qué tu no?.
Kandavuha hecho lo que hace
una productora que carga con una gran responsabilidad sobre sus hombros,
comportarse de una forma profesional. Si bien es cierto en algunos momentos la
claridad del sonido no estuvo de su lado, aun así se llevan reconocimiento por
la iniciativa de dar el 100% en todo momento, incluso después del concierto. No
todos se preocupan por brindarte un servicio de movilidad gratuita para que
ahorres y puedas comprar ese ponzoñoso licor que tanto te gusta, maldito
alcohólico, así que valora gestos como estos. Tenlo en cuenta y salud por la
gran noche vivida.
Setlist Completo:
01.The Sick, the Dying… and the Dead!
02.Dread and the Fugitive Mind
03. Devil's Island
04. Hangar 18
05.Wake Up Dead
06. In My Darkest Hour 07. Sweating Bullets 08. Hook in Mouth 09. Trust 10. Tornado of Souls 11. A tout le monde 12. Symphony of Destruction 13. Peace Sells 14. Mechanix 15. Holy Wars... The Punishment Due
Puede que la nostalgia haya
influido positivamente a la hora de valorar "Bornhatred",
primer EP de la banda chilena de thrash metal Abreaktion, pero lo
cierto es que, revisándolo con premura uno no logra quitarle todas las virutas
que hay en su superficie, así que lo escuche hoy por la mañana nuevamente y
debo decir que la velocidad le juega mucho a su favor. La violencia expuesta en
muchos casos no se muestra soberbiamente justificada por lo rápido que se
desarrolla el trabajo, es como si los músicos trataran de escapar de los
peligros que se le van presentando, corriendo a todo motor mientras ponen la
sexta marcha con los ojos vendados.
De todos modos, estos tipos se echan de
lleno a la carretera con el mono centrismo trashero sobre ruedas y la
actitud rompedora como bandera. Entre otras cosas se canalizan aspectos que se
remontan a la época dorada del thrash y en sus venas se mantiene la iconicidad
de bandas como Kreator ,Vio-lence o Demolition hammer en
una escala reducida pero que llenaría de orgullo a cualquier boomer entusiasta
de su generación. "Empty Promises" es fiel reflejo de lo antes
expresado. Para los nostálgicos de este tipo de productos significa diversión
en estado puro condensada en el tiempo justo, algo muy fácil de encontrar en la
actualidad. A buena hora "Pyromaniac" saca la cola de uno que
otro planteamiento auto paródico para salir con la frente en alto, y poco queda
por decir de "Amnesia Chronicle" puesto que el carácter frenético
de la acción rítmica resta capacidad de lucimiento a las guitarras.
"Mental
Torture" tiene un bajón que termina desvelándose inesperadamente en el
momento medio, pero llega a sacar fuerzas de flaqueza para sacudirse de las
dificultades. El cover que cierra este disco, "Welcome to the
Slaughterhouse"puede decirse que está a la altura -siendo generoso- de un
raspadísimo aprobado.
Quizás a día de hoy no todo el mundo le vea la gracia a
"Bornhatred" de Abreaktion pero queda claro que su
propuesta sabe mantener la cabeza por encima del agua sin dar manotazos de
ahogado, me gusta bastante la actitud que tienen, y los demás, yo diría que se
escucha pasable.
Lista de Canciones: 01.Empty Promises
02.Pyromaniac
03. Amnesia Chronicle
04. Mental Torture
05.Welcome to the Slaughterhouse [Dark Angel cover]
[review] [content title="Resumen" label="Puntuación"]Quizás a día de hoy no todo el mundo le vea la gracia a "Bornhatred" de Abreaktion pero queda claro
que su propuesta sabe mantener la cabeza por encima del agua sin dar manotazos de ahogado, me gusta bastante la actitud que tienen, y los demás, yo diría que se escucha pasable.[/content] [item value="7"]Arte de Portada[/item] [item value="7"]Sonido[/item] [item value="6"]Líricas [/item] [item value="5"]Innovación[/item] [item value="7"]Producción[/item] [/review]
Con un inicio de bravura, a
todo motor y sin perder el enfoque, Psychoverse de los italianos Ural, demuestra tener bien definido ese concepto de buscar y destruir en su largo
itinerario hacia el desenfreno de golpes y patadas que ofrece un buen pogo. Pero
lo mejor de este disco está en la alta tensión creada por el dúo Alex Gervasoni
y Luca Caci en unas guitarras que, como
ondas de choque, derivan en el característico sonido del trueno estridente del thrash metal, un verdadero alarde de
precisión entre la técnica y el sentimiento de bandas como Vio-lence, Nuclear
Assault o Atrophy. A esto hay que sumarle
el aporte de un osado Filippo Torno tras una batería de cuantiosos
recursos rítmicos que suplen en parte la excesiva sobriedad de Stefano Moliner
en el bajo, por el contrario; Andrea Calviello planta cara con un perfecto
entendimiento del uso de su diafragma. Este muchacho no es un cantante, es un
"gritador" nato que cuando tiene que fajarse la garganta lo hace
hasta escupir sangre, aunque su mérito recae también en alcanzar la sensación
de vacío con breves líneas de voces
limpias de matices algo 'masticables' pero no menos llamativas.
Esto causa la sensación
de que lo que llega a nuestros oídos pasa de ser un concepto tan explotado a
funcionar con una propuesta sugestiva que escapa de su zona de presión gracias a unos valores de producción modernos
que proporcionan una experiencia plena, como para revitalizar lo hecho por los
antiguos titanes del género, y para muestra de esto un botón: “Drag Me to the Wolves” es un choque
generacional que se registra como un desencadenante agasajo musical, con una
introducción que amaga con el terror de serie B, el tema desafía el velocímetro
para llevarte directamente a la acción, como jugando te verás envuelto en una
lluvia de balas de la que te será difícil escapar, y esto es solo el inicio,
porque la rueda del crossover/thrash
se sigue moviendo a la velocidad de "Heritage",
una canción que acaba ofreciendo el impacto y las alegorías que promete
inicialmente la portada del álbum, la tensión eléctrica a la que se nos somete
es graduada en ciertos momentos sin emitir ningún juicios de valor, como ocurre
con "Nightmare" y una
primera sección de efectos groove de
marcado feeling noventero que rápidamente
se ve interrumpida para dar inmediatez a la pesadilla.
"Blood Red Sand" es otro de los
grandes momentos de este disco. Abundan las transiciones delirantes mediante el
crescendo sostenido del armazón instrumental, mientras que los solos de
guitarra literalmente te dejan pendiente de un hilo. "Uncanny Valley" tiene un riff gancherazo, aunque bastante dócil
en su pegada inicial, logra sorprender pasados los minutos con sus desajustes
temporales y esa constante introducción del contraste velocidad/melodía, no
obstante; "Carousel of Hell"
vuelve a la carga entrecruzado por dos o tres acciones paralelas de un agudo
ascenso de voltaje que nos abruma hasta el punto de preguntarnos: ¿hasta dónde
diablos nos estamos dirigiendo?, la respuesta a esta pregunta es una sola: una
vez que "Carousel of Hell" te absorbe, la única forma de sobrevivir es a
los golpes. El punto de fuga se dá con el outro
"66.6 F.M." que da cierre a un disco frenético que no dará descanso
al oyente.
No hay demasiados secretos en este ejercicio de ida y vuelta hacia el caos,
solo descargas bulliciosas y desenfrenadas. Un disco fenomenal que me devuelve los ánimos de seguir escuchando este tipo de
música.
Lista de Canciones:
01.Drag Me to the Wolves
02.Heritage
03.Nightmare 04.Blood Red Sand
05.Fall of the One World 06.Uncanny Valley 07.Carousel of Hell 08.66.6 F.M.
[review] [content title="Resumen" label="Puntuación"]No hay demasiados secretos en este ejercicio de ida y vuelta hacia el caos, solo descargas bulliciosas y desenfrenadas. Un disco fenomenal que me devuelve los ánimos de seguir escuchando este tipo de música. [/content] [item value="10"]Arte de Portada[/item] [item value="9"]Sonido[/item] [item value="8"]Líricas [/item] [item value="7"]Innovación[/item] [item value="9"]Producción[/item] [/review]
Hablar del thrash metal
latinoamericano es mencionar sin lugar a dudas a Strike Master, una banda que ha dado pasos
agigantados para hacerse notar dentro de un circuito que suele caer en el
desgaste y que no permite desplegar todo ese potencial latente por el simple
hecho de pretender apegarse con excesiva laboriosidad a las reglas ya
establecidas por sus predecesores, aunque los mexicanos han sabido hacerse de un
nombre en este ruedo justamente por esto, por saberse el guión de cómo
partir cráneos al derecho y al revés como en los gloriosos ochentas.
Después
de unos largos 6 años, Strike Master regresan con un nuevo
álbum de estudio. Sus singles previos los mantenían activos generando
gran expectativa entre sus seguidores gracias a esa actitud renovada que recae
en el recambio dentro de su lineup.
Al parecer lo que nos espera es un embate contundente que se condensa en este
sexto álbum titulado Tangram
Apocalypse.
Son 8 canciones directas
y sin remordimientos donde todo se pone en regla para alinearse en la órbita
de ese thrash metal clásico a lo que nos tiene acostumbrados, pero
que a su vez denota diversificación de riffs y una precisión atenuante en cada instrumento,
sobre todo en el bajo que es lo que sobresale en momentos muy marcados, seguido
por una batería que no suda otra cosa que no sea thrash metal a
rabiar. Si bien los riffs se tornan dispersos, todo al final confluye en una fuerza
que te envolverá inevitablemente dentro del moshpit.
Se nota claramente que han evolucionado en la producción y hay un
esfuerzo claro por sonar lo más profesional posible a pesar de haberse creado
en el 2005 (¿Banda nueva?) tienen las cosas claras en cuanto a su futuro y en
como “quieren sonar”, esa mejora constante nos hace pensar que la banda va por
buen camino y que tienen los recursos para lograr su cometido, no por algo está conformada por KMU en la guitarra y voz, Konspirator (ex
Vital Remains, Repvblika) en la batería y Walter Kleinert en
la bajo, formación que se perfila como el dream team
del combo azteca.
Este álbum está
lleno de notas veloces como "Crystallized" y "Lost
Within Compass", pero también encontraremos canciones más
tradicionales como 'Heavy Metal' dónde se hace un tributo al género
base que todos conocemos.
Strike
Master va por buen camino y aunque su thrash metal no
ofrece algo nuevo (de hecho a nivel global el género esta algo estancado) se
destaca por darnos buena dosis de adrenalina y flamear la bandera del thrash
metal mexicano con una vitalidad que da envidia. ¡Salud por eso!.
Lista de Canciones:
01.Crystallized 02.Here Comes The Incubus 03.We Die Tonight 04.Lost Within Compass 05.Heavy Metal 06.Black To The Future 07.Prototype God 08.Save The Fire
[review] [content title="Resumen" label="Puntuación"]Strike Master va por buen camino y aunque su thrash metal no ofrece algo nuevo (de hecho a nivel global el género esta algo estancado) se destaca por darnos buena dosis de adrenalina y mantener vivo y flamear la bandera del thrash metal mexicano. [/content] [item value="8"]Arte de Portada[/item] [item value="7"]Sonido[/item] [item value="8"]Líricas [/item] [item value="5"]Innovación[/item] [item value="8"]Producción[/item] [/review]
El panorama del metal en Grecia ha ido en alza en las
últimas décadas, y en lo referente al Thrash Metal, este país nos ha dado a grandes exponentes del movimiento
revivalista como lo son Suicidal Angels, Bio-Cancer, Amken, y por supuesto, a
los protagonistas de la siguiente reseña, quienes nos presentan su nuevo
trabajo luego de un periodo de 7 años sin haber lanzado un álbum, estamos
hablando de nada más y nada menos que los feroces Riffobia y
su disco auto titulado lanzado el pasado 13 de marzo con el auspicio de Floga
Records.
Si consideramos que la crítica mordaz a la sociedad, a los conflictos
humanos y sociales, y el cuestionamiento religioso representa la quintaesencia
de este género, entonces esta agrupación proveniente de Tesalia cumple con los
requisitos para brindarnos un gran disco de Thrash a la vieja escuela con su ya acostumbrada instrumentación veloz, agresiva y que bebe de la vertiente más
directa del género, lo que me recuerda a esa furia y
desenfreno de otros grandes como Kreator o Exodus. Por otra parte,
los solos fugaces que se intercalan a lo largo del disco son una remembranza a
los escuchados en Kill’ Em All y sus sorpresivas intervenciones al
comienzo, intermedio o final de cada canción, escapan de aquellas estructuras
que pueden ser bastante lineales, aunque tienen ciertos cambios de tiempos no
tan marcados pero que generan variedad hasta cierto grado enfocándose
primariamente en el ritmo, que a través de una batería retumbante y grávida de
golpes secos y cortantes, se combina a la perfección con la buena metralla de
riffs de incesante adrenalina.
Con respecto a las letras, tengo que destacar a “God of Hate” y
el hecho de retratar a un dios contrario a la búsqueda del bienestar y
que solo tiene para ofrecer desesperación y violencia para todas las
desdichadas criaturas que están bajo su poder; “Prisoner” es
una analogía referente al temor de lo que representa una prisión, no solo
una que te restrinja físicamente, sino una capaz de encerrarte dentro de
pensamientos nocivos que se apoderan de uno hasta la precariedad; con “Collector
of Souls” llegamos a otro nivel, además de ser la canción mejor construida del
disco por su variedad de pasajes, su principal atractivo recae en cómo
representa los últimos momentos de un moribundo, que desde la abrupta
serenidad cae en cuenta que está a punto de ser cosechado por la fría mano
de la parca, que llega a someterlo con la rapidez con la que
exhalamos nuestro último suspiro.
Riffobia es una clara declaración de intenciones para todos los que gocen
y busquen celeridad y descontrol con una buena dosis de thrash metal de antaño.
Calificación: 8/10
Lista de Canciones:
01. The
Divine Infinity 02. God Of Hate 03. Herald Of Pain 04. Merciless 05. Prisoner 06. Consume-Obey 07. Murder 08. Welcome To Hell 09. No Turning Back 10. Soul Collector
Género: Thrash Metal Origen: Alemania Fecha de Lanzamiento: 25 de Abril del 2022 Discográfica: FOR THE PASSION NOT THE FASHION
Un álbum con sangre salvaje
Paxtilence se fundó en 2011
para traer de vuelta aquel thrash rejuvenecido
y hambriento a la escena metalera de Núremberg, Alemania. Su misión declarada
es tocar thrash metal orientado a los
riffs, una inspiración tomada de veteranos como Kreator, Overkill, Nuclear
Assault y D.R.I, así como en bandas más jóvenes como Warbringer, Pripjat y
Space Chaser.
"Wildfire" es el primer álbum de
larga duración de Paxtilence con la productora belga “For The Passion Not The
Fashion” y su sonido tiene a mi gusto, una combinación del thrash clásico con el crossover. Arrancamos con el primer tema
WILDEFIRE y nos encontramos con un incendio forestal, agresivo y rudo para
describir una temática ambientalista, que es tan bien interpretada por la voz
de Tobi (guitarrista y vocalista).
La energía que tiene este tema es crucial y
nos incentiva a darnos un aventón hacia
el circlepit. Le sigue "Estrangement", puro thrash inyectado directo a las
venas principales para llenarnos de adrenalina extrema. La introspección del
ser humano, mente convulsiva y ansiedad son los ingredientes que tiene este
tema, nos aproxima a la desgracia humana y nos obliga a pensar acerca del
suicidio de forma directa y aguda. "Last Words" es un grito de libertad, en medio
de las guerras por conflictos políticos e ideologías destructivas que siempre
han conllevado a la desgracia del mundo y de los seres que lo habitamos. En The
Blood, los riffs son como caballos de guerra y la batería mantiene el groove a
tope, convirtiéndola en una destellante canción, recomendada para un buen
momento de headbanging. En total son ocho temas que tiene este álbum de larga
duración, pero hablar de los tres siguientes me parece poco relevante, debido a
la repetición del mismo patrón casi calcado de las primeras canciones.
Termino con el mejor tema de este álbum para mí, y se llama "Radation Sickness".
Impetuoso, aguerrido y versátil. Los cambios de ritmos van acorde a la melodía
de la canción y nos ayuda armonizar los oídos, los coros son la cereza del
pastel. Y nuevamente la voz junto con la batería hacen un estupendo trabajo. El
bajo en este tema tiene mayor protagonismo y podemos apreciar su amplia
experticia. Las canciones en si tienen la esencia del thrash bien puesta, de
eso no tengo duda, pero en el ámbito guitarrístico los solos son paupérrimos,
mal ejecutados y cortos, sin sumar trascendencia en los temas, lo cual creo que
es un problema para la banda. Sin embargo, tienen el espíritu metalero para
darnos nuevos zarpazos y pegarnos en la cara con un nuevo y fusilante material.
Un gran descubrimiento en el
que versa una concepción poderosa y a menudo emocional dentro de un demacrado
mundo moderno que se cierne al envilecimiento congénito es lo que obtendremos
en esta singular antología llamada "Cisza po Tobie", traducida a nuestro idioma como
"Silencio después de ti" último
trabajo de la banda Polaca FAUST, una agrupación que a pesar de contar con más
de 25 años de actividad en el circuito extremo europeo ha pasado casi
inadvertida para nuestro continente, una conclusión a la que pude llegar debido
a la inexistente información sobre su trayectoria disponible en internet para un
público netamente hispanohablante. No obstante; he de constatar que a través de
sus diferentes obras acechan múltiples personalidades que se dirigen con
firmeza a un mismo destino: convertirse en un espacio inédito sin dejar de ser
salvaje, solo que en esta ocasión lo logran agregando un lustre cautivador
procedente de formas, armonías y melodías propias del folklore polaco. Con este
llamativo aporte se construye una versión análoga que replantea las
divergencias hacia la amoralidad en las que recae la naturaleza humana, en
cualquier caso el resultado es un auténtico festival de sobresaltos hechos con
poesía genuina y la expresión superlativa de quienes hacen el esfuerzo por
separar violentamente los conceptos del bien y el mal de la vida de los dos
personajes centrales en el argumento de
este disco: un padre, un hijo, y su continua huida de las fauces de la calamidad.
Cargada de un sutil misterio que parece anticipar un evento catastrófico
"A jesli umre" se infiltra en nuestros oídos como si fuera
una premonición de las futuras penurias que pasaran estos personajes paso a paso a
través del terror de su propia experiencia, en cambio; con "Za tamta gora" se revela mucho
más de lo que se espera. De inmediato los cambios drásticos se hacen patentes
tanto en el estilo vocal , el variado dominio de la orquestación, y esos
magníficos interludios de tipo operístico que ensalza la diligencia con la que
transcurre la placa, esta correspondencia se hace tan rica al oído que se
vuelve un clímax con auténtico olor a pólvora, aunque la ferocidad de la ejecución
no llegue a propinarte una paliza, sí que te dejara con algunas secuelas
significativas. Tal vez "Pokocham te cisze po Tobie"
acoge con el mayor entusiasmo la originalidad y virtuosismo con el que se emplea atajos para reformular ideas traídas a colación,
de este modo se evita que la propuesta musical caiga en círculos empleando una
ornamentación ligera que dote de un molde definido al contenido.
La
batería establece la pauta para justificar la proeza que consigue una guitarra
que fija un contrapunto con los sonidos turbulentos, "Pogarda" es de escuela
setentera, sabbathiana a todo pulmón, melódicamente cantábile y sigilosa
porque intenta hacerse notar sin hacer mucho ruido, totalmente diferente
a "Iskra pod sniegiem" que inicia con una
inmejorable carta de presentación: la introducción a tempo libre de un piano
que no se pierde por la evidente dificultad de ejecución, todo esto resulta
en un corpus muy elaborado técnicamente que da espacio para el
lucimiento de los solistas, en especial cuando llega el vaivén folk que revela
toda la esfera de su potencial en los minutos finales de la canción. La
profusión de notas agrestes tipo Death metal evolucionan a
destiempo con "Jakbys gryzla zwir" y su
instancia superior hacia la hipertrofia, deslizándose verticalmente hacia los
ejes instrumentales para discurrir por la expresión fonética en sus
más variadas alternancias. Desde el death metal técnico
al sludge, la ruptura digresiva es un juego sin paradigma
que se jacta de conocer los límites entre la realidad y la ficción.
Creamos
un mundo repugnante desde nuestra realidad repugnante y "Zdazyc
przed deszczem" termina como todo comenzó, envuelto
en especulaciones salvajes que hunden cualquier esperanza en la hez humana de
la perfidia. Si existe una moraleja para este historia es que "en
el camino de la futilidad no existe premio de consolación", y como
sugiere el arte de portada hecho por la superdotada Anna Malesińska nuestra
condena ha sido dejar lo humano a lo no humano.
FAUST
nos regala una obra maestra que no puede quedar en el anonimato y es necesario
que sea de dominio público inmediatamente. "Cisza po Tobie"
es un trabajo insólito de mística inigualable que busca desacralizar de la forma
más fútil y lírica los planteamientos moralmente castrados del oprobio
doctrinario.
Agarrar la batuta
de una corriente musical ya consolidada es cuestión de iniciativa, más allá de
una estética retro que integre repertorios archi-conocidos lo que hace la
diferencia es tener esa vocación de continuar con el instinto natural de los
predecesores , y en el thrash metal toda iniciativa viene acompañada de un gran
desplazamiento de energía que busca sembrar el caos en su entorno más inmediato,
esa es su atracción suprema y
"Lethal Dose" de Amorphia contiene un enorme arsenal de herramientas
interpretativas que además deseguir coordenadas artísticas propias de su universo referencial, es decir; continuadoras
de la tradición de bandas como Death Angel, Demolition Hammer o Atrophy, también
tiene una participación activa para revolver conciencias y plantar posición crítica frente a las diferentes escollos
que enfrenta una sociedad tan compleja como la de la India, segundo país con mayor
densidad poblacional en el mundo, y campo de acción de esta banda proveniente
de Alappuzha, Kerala.
Sucede a menudo que el desarrollo de la capacidad reflexiva es resultado de una
exhausta interpretación del contexto, en este caso la observación suburbana ha
sido el medio por el cual se exteriorizan un buen puñado de calamidades que asolan a los países más poblados del planeta.
“Trade Red”hace uso de ademanes
incontenibles para atacar frontalmente el campo de visión de su enemigo, un
embate juicioso que sin ser demasiado largo o rebuscado, se incrusta en nuestro
panel auditivo como metralla moralizante en contra de la deshumanización del
concepto de persona que el tráfico de órganos impone a sus víctimas,un tema cruel pero no menos clarificador que evita de utilizar imágenes desenfocadas para describir estas horrorosas practicas con realismo vivencial,
una pericia compartida también en “Death Machines”, que adapta con velocidad ciertas
exigencias impuestas por la trivialidad, ¿A quién beneficia la ciencia?, el
mensaje social de la generación de la pandemia es que estamos acostumbrados a
seguir el camino seguro hacia una temprana sepultura. Ir a contra corriente tal
vez sea un acto licito que puede llevarte directamente a una muerte “civil”
antes que a una física.
Canciones como “Psychotic Torment” o "Electrocution"tienen un instinto incisivo que se
desprende de la fragmentación de la realidad al tratar temas interpersonales en donde la
percepción es de vivir en un mundo donde «todo es raro». La penultima cancion, "Iron Lungs", es evocadora y llena de acercamientos comprensibles con
la cotidianidad vivida en la pasada pandemia, dentro de las opciones musicales se encuentran los mejores soleos de todo el disco gracias a la conspicua contribución
de la guitarra rítmica y solista de Vasu Chandran, quien también añade una
gestión paulatinamente aséptica con "Cerebral Slit" embocando
desplazamientos que desafían leyes perentorias en su afán por superar el umbral
de rapidez.
Amorphia es la prueba viviente de que el thrash
metal no se destruye ni envejece, solo se transforma; y en ese sentido "Lethal
Dose" es un disco fiel a la tradición: caótico, pero desbordante de
profundidad e iniciativa.