Independiente
Siempre
he oído decir que la mejor parte del black metal melódico es cuando no suena a
black metal melódico (xD). Y es que, una vez que ingresamos a un disco de esta
calaña, la preferencia es que la negritud lo vaya cubriendo todo hasta que no
podamos ver más que tinieblas. Puede que la banda de turno le incorpore sus
toques atmosféricos, o tenga a bien introducir algo de folk, doom o incluso
drone a su mezcla, pero la consigna siempre será que, al ingresar a un disco de
black metal melódico o en otra de sus variantes, estemos obligados a abandonar
toda esperanza.
Lógico que la misma evolución de la música hace que esto no se siga al pie de la letra y que en el constante devenir del black metal nos hayamos topado con discos que han sabido inclinar bien la balanza a su conveniencia, llegando a concebir grandes proezas adelantadas a su tiempo, injustamente incomprendidas, sí, pero ahora con un merecido sitial como puntos de referencia para las nuevas camadas. Pues bien, la banda estadounidense de black metal melódico Lenax es el vivo ejemplo de aquella agrupación que, con el mínimo esfuerzo, consigue resultados avasalladores. No necesitan reescribir el grimorio ni repetir rituales obsoletos. Solo hacen propio un montón de artilugios empleados por un sinfín de bandas para mantenerse desafiantes, imponentes y, sobre todo, atractivos. Con su primer disco, de nombre 'Infection', logran capturar el aspecto siniestro que asociamos con la nueva ola del metal negro y lo unen a una visión de lo abstracto, de lo etéreo visto a la luz de la melodía, que no asfixia de buenas a primeras, pero sí condena a una agonía lenta pero segura.
Las nueve piezas que
componen 'Infection' tienen, cada una por separado, una multiplicidad
hermenéutica paulatina y estructuralmente desmontada desde el pensamiento del
productor Øystein Brun. El guitarrista de Borknagar ha tenido la ardua tarea de
transitar los intrincados recovecos de esta banda y plasmar un abrumador
repertorio de exacerbado sobrenaturalismo. Como apunta certeramente 'Worship Hymn', para cualquier amante del metal negro moderno no hay mayor placer
que el de responder de forma visceral a cada intención clara de emotividad que
se pueda escuchar por parte de las guitarras. Asimismo, se priorizan los ritmos
mid-tempo sin dejar de lado ese ligero eco de podredumbre y decadencia que
invade todo el álbum. Ciertamente, 'Leeches' posee una inspiración black ‘n’ roll que recurre frecuentemente a las escalas
pentatónicas para dar apertura a ese swing hipnótico, palpable también en 'Chains', así como en estructuras menos rígidas como la que da inicio a 'Hive Mind
Apocalypse' y que, a mi parecer, coquetea con el prisma del rock actual.
Temas como 'Plague Bringer' van directamente a las entrañas blasfemas del old school, desmembrándolas cuando la melodía entra en su territorio profano. Es una segunda capa que no busca reemplazar la agresión, sino insinuarse debajo de ella. Y en la épica 'Throne of the Forsaken' otorga un cuerpo y un carácter acorde a su fenomenología. Estamos frente a un disco que rehace lo perfecto con medios puntuales, un disco al que uno ingresa sin la intención de encontrar algo claro y por eso lo encuentra todo.
01. Worship Hymn
02. Leeches
03. Chains
04. Crossroad Black
05. Hive Mind Apocalypse
06. We Are Legion
07. Plague Bringer
08. Overdrive
09. Throne of the Forsaken
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