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Una vez más Primal Fear se metió al público al bolsillo. No en vano hicieron la promesa de dar ese 120% de todo su potencial, y "a lo dicho hecho" porque literalmente la ciudad fue remecida por esta maquinaria de heavy metal al estilo alemán, con ese toque de distinción muy acentuado, y que a pesar de contener un gran tonelaje sobre sus ejes, se muestra versátil para dar contrapeso a su música optando por  avezadas maniobras dentro de los terrenos del hard rock, power metal o incluso sobre el Aor, cuando quieren mostrar las múltiples caras de esa misma moneda. 



Todo esto fue el regocijo de un selecto público limeño que disfrutó a lo grande el pasado martes 07 de noviembre en el Teatro Leguía. Aún tenemos latente el recuerdo de aquel Lima Metal Fest del 2016 dónde la expectativa era gozar de la efervescencia del power metal en todo su esplendor, pero a diferencia de aquella noche; hoy se pudo disfrutar del extenso abanico vocal del queridísimo Ralf Shchepper, quien encierra una capacidad superdotada para jugar con su diafragma, pero antes de ir con el plato fuerte de la velada tenemos que mencionar a los teloneros del evento, los cuales dieron presentaciones muy destacables como es el caso de Contracara, quienes poco a poco van expandiendo su círculo de influencia en cada lugar donde se presentan. Son varios los banger’s que los reconocen y están atentos a cada actualización de la banda. Esto demuestra que el populorum está hambriento de heavy metal y que solo se debe de encontrar la mejor manera de llegar a ellos, por otro lado; Metal Crucifier fue más incisivo en ese aspecto, su embestida era perfecta para calentar los músculos, aunque la mayoría de asistentes no se animaban a despabilar sus ánimos, aun así Metal Crucifier se llevó palmas de varios de los presentes que supieron reconocer el esfuerzo desplegado. 



Siendo las 10 de la noche, el intro que recorre toda la gira denominada Code Red se hace presente, y los riffs explosivos entran en una crecida intempestiva que te impacta de lleno en la cara, uno a uno los mejores temas de su discografía van llegando a nosotros, primero ‘Chainbreaker’ y el sonido que iba acomodándose mientras que los guitarristas Tom Naumann y Alex Beyrodt encontraban su mejor ángulo para zambullirse en un clavado maldito dentro de ese torrente de cascadas eléctricas que surcaban nuestros oídos. Ralf Shchepper es todo un caballero por como pisa el escenario, en como interactúa con el público y brinda sinceras muestras de respeto. Es un tipo que ha pasado muchas transiciones y que aún permanece entero a pesar del tiempo transcurrido desde su faceta power metal con Gamma Ray hasta hoy. Estas cualidades siguen perennes como lo demuestra Rollercoaster’ o ‘The World is on Fire, dos temas al rojo vivo que sacan a relucir lo mejor del poderío alemán, ambos recibidos con cierta efusividad a pesar de que el pogo seguía siendo un tema pendiente. El sonido conforme iba avanzando encontraba un punto óptimo, posiblemente debido a la buena mano del sonidista que al parecer era parte del staff de Primal Fear, así que por intuición o por maña, sabía bien que hilos mover para que todo quede sincronizado en el menor tiempo posible, de esta manera Deep in the Night’ yFace the Emptiness’ se llevaron gritos eufóricos de una afición que no podía creer que estas canciones no solo sonaban idénticas a los discos de estudio, increíblemente se escuchaban mejor. 



Cabe mencionar la ausencia del bajista Mat Sinner, miembro clásico que sufrió de múltiples adversidades que lo han mantenido alejado de la banda, por ahora su reemplazo es Alex Jansen, quien se maneja bien dentro del grupo, ganándose al púlpito con su actitud elocuente y ese estilacho punkie para rasguear con su plumilla las cuerdas del bajo, por su lado Alexander Beyrodt se mantuvo firmemente concentrado en sacarle el máximo provecho a su guitarra, no se le veía con ganas de detenerse hasta sudar la última gota, al igual que Tom Naumann, que para mí criterio personal es un tipazo. Siempre te recibe con una sonrisa y te hace sentir como su igual, así le hagas preguntas tontas el todo se lo toma con gracia y no duda en dedicarte un espacio de su tiempo sin dar señales de incomodidad. Lo que tiene de humildad es directamente proporcional a su talento, más que un guitarrista es un niño jugando a ser guitar hero. En su rostro se ve reflejado el placer que le produce su trabajo y eso se nota a leguas. 


Si bien el concierto ya tenia buen rato de haber comenzado, algunos asistentes aún se mostraban fríos, por momentos cierto puñado de fanáticos intentaba mansamente mover a las masas sin lograr prosperar con su iniciativa,  habrían otros intentos más conforme avanzaba un setlist enfocado primero en complacer a la hinchada de antaño, para luego repasar la nueva hornada de temas recientes conAnother Hero’ de su última producción o ‘Hear me Calling’ del disco Metal Commando”. La noche entraba en su mejor momento y la máquina seguía rugiendo con los clásicosThe End is Near’, ‘Metal Is Forever’ y Final embrace’. Daba gusto ver cómo en esta ocasión Primal Fear se encontraba más cerca a nosotros con esa disposición a establecer contacto, esa actitud frontal para acercarse y saludar a la primera fila de mutantes que esperaban ansiosos la oportunidad de hacerse con un mínimo recuerdo del espectáculo, una púa, una baqueta o un simple choque de manos era suficiente para llenar el baúl de los recuerdos preciados para ellos. Después de una despedida, y tras un breve respiro, se alzan con la bandera peruana pegada al pecho como un gesto de cortesía con el país anfitrión, lo que fue correspondido con un prolongado vitoreo que los  catapultaría a seguir en carrera con Angel in Black’ y ‘Running in the Dust’ en un cierre final de antología.



Todo encajó mágicamente y Primal Fear lo supo aprovechar a su favor, fuimos testigos del brillo que reluce en esa armazón fundida en acero que recubre una carrera entera dedicada a predicar el heavy metal con un tesón contundente. Todos los integrantes cumplieron lo que pregonaron, y ese 120% de entrega se multiplicó exponencialmente para escalonar el arduo camino que forja a los guerreros que merecen ser promovidos como leyendas por sus desvividas muestras de lealtad para con esta música. Sin más me despido agradeciendo la extensa labor de la productora local Xaria Music que sigue infatigable apostando por la calidad, lo que por supuesto le acarrea muchos elogios por esa dedicación que le ponen, cumpliendo a cabalidad el horario prometido, preocupándose por acondicionar un lugar cómodo para todos, y por esa hospitalidad hacia la banda que en todo momento se mostr
ó agradecida. ¡Mis felicitaciones y que el heavy metal nunca deje de rugir mutantes!





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