Converge - 'Disintegration'
'Disintegration' es un disco incomparable que conforma el segundo
escaño dentro de la trilogía iniciada con 'Pornography'
y concluida en ‘Bloodflowers’. En
todas sus canciones persiste la palidez sombría que deja el desamor cuando está
sometido al capricho de las emociones, pero escuchar la canción homónima 'Disintegration' te deja con secuelas
irremediables, como si algo se quebrara dentro de ti para no volver a su estado
original jamás. Esa ruptura es tan divergente como el ecléctico cover que Converge reversiona a gusto
personal y sin afán de ser congruentes con los seguidores tradicionales de The Cure. La amalgama de hardcore/metal que se escucha esta
provista de gritos destemplados que caen como plomo al mar en un frenético vaivén
de texturas rítmicas. El resultado es una interpretación sin filtros que escala
en crudeza pero no deja de lado las hoscas realidades.
Taake - 'Cold'
The
Cure
tiene una carga de pulsiones negativas que persiste en permanecer
deprimentemente constante en casi en toda su carrera, pero llegar hasta los
sótanos de 'Pornography' es tocar
fondo junto a unos seres que sufren por las desdichas comunes y corrientes de
su existencia. La versión que hace el proyecto de black metal noruego Taake
de la séptima canción del disco 'Cold'
es como una plegaria que se ahoga entre las sombras. Un tema que muestra de
manera desgarbada pero contundente los pactos entre facciones de ennegrecidas personalidades.
Behemoth - 'The Forest'
'Seventeen
Seconds', considerado como el primer álbum de The Cure por el mismísimo Robert
Smith, fue una mancha oscura en el
fondo de su existencia, un paréntesis que no concebía un mundo que excluyera
las experiencias sombrías de los jóvenes de su tiempo, y esto paulatinamente
recrudeció en los enfermos del nihilismo crónico en muchos aspectos y durante
varias décadas, logrando incluso implantar su maliciosa semilla dentro del
metal extremo. La pecaminosa versión de 'A
Forest' hecha por los black death
metaleros de Behemoth significa adentrarnos en el refugio de las
bestias, en una masa boscosa que parece tragarte con la densidad de su música
sin que puedas hacer algo al respecto. El tema es una tribulación constante
entre lo ambiental y lo rítmico que te hará morder el polvo.
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