Timechild - And Yet it Moves [2021] (Reseña)
El estilo de música de los setentas, sobretodo el que catapultó a grandes nombres de la escena británica, ha sido como un diamante en bruto, que hasta ahora muchos músicos y bandas intentan pulir, mejorar, algunos con buenos resultados, otros solo quedan en un remedo minúsculo, teniendo en cuenta los músicos monstruosos de aquella época.
Timechild es una banda que trae de vuelta ese sonido donde confluyen nombres como Deep Purple, Whitesnake, Rainbow, etc. y está conformada por: Anders Folden Brink en voz y guitarra, Birk en guitarra y coros, Martin Haumann en batería y Daniel Bach en bajo y coros.
El disco a pesar de basar su sonido en otra época musical posee una producción moderna que lo hace sonar fresco, influenciados, claro que sí, sobretodo en el uso de la voz, pero por ejemplo para alejarse un poco de ese sonido antiguo no se usa el clásico sonido del órgano Hammond, y aquí todo es mas guitarreo, y con el uso de las voces de la mejor manera, es decir, una voz potente (a lo Coverdale) respaldado con otras voces de fondo, que le da esa atmósfera melódica, y le da una fuerza evidente.
Hay canciones que parecen una mezcla entre Led Zeppelin y Deep Purple como "This Too Will Pass", otras algo mas heavy como "Haze Of The Dawn" y también otras mas densas a lo Black Sabbath como "Where I Now Belong" y "Children Of A Killing Sun".Sin embargo hay dos canciones por las que este disco merece una buena calificación, y esas son las casi baladas "Shrapnel" y "The Bite Of Frost" en donde la inspiración se nota a gran nivel en la creación de las melodías de la voz que realmente te atrapan, y también en los solos de guitarra con mucho sentimiento.