El espectáculo se inició cuando el reloj marcaba las 22 :15 horas y desde un comienzo el europeo atrajo a la multitud hacia un verdadero shred-fest, cuya lista de canciones incorporaban todas las acrobacias que podrían salir de su legendaria Stratocaster: sweep picking, tapping, escalas llenas de ampollas, masivos bends y pasajes que desafiaban al metrónomo, todas marcas registradas dentro del catálogo de este señor. Y ni hablar de su gran presencia en el escenario, ¡él era el rey vikingo de la noche!

Para esta nueva visita, la banda que lo acompañó estuvo conformada por Nick Marino (voz principal, teclados), Ralph Ciavolino (bajo, voz) y Patrick Johansson (batería), para los cuales solo tengo palabras de elogio. Cada uno es un monstruo en su instrumento y tenían su oportunidad de brillar cuando el maestro se los permitía. Mientras Yngwie ha grabado y realizado giras con diversos cantantes en el pasado, para este espectáculo ha encontrado en Ciavolino y Marino una dupla perfecta, turnándose el micrófono durante buena parte del show, negociando clásicos como ‘Heaven Tonight’ o ‘ I’ll See the Light Tonight’. Los tres músicos de apoyo ocuparon un lado del escenario, con Marino utilizando un par de sintetizadores Korg y Ciavolino justo al frente del kit de Johanssen, mientras que el director de orquesta saltaba de un lado a otro, consultando de vez en cuando con su técnico de guitarra si todo se encontraba ok. Detrás de Malmsteen había un enorme muro de gabinetes Marshalls 4 x 12 cubiertos con varios cabezales, siendo bastante obvio que solo estaban funcionando algunos, pero para la impresión visual esto era perfecto.


Conforme llegaba el final de la jornada, parecía que nadie estuviese preocupado por los retrasos que ocurrieron. En ‘Rise Up’ se construyó otra gran firma instrumental y melódica con una buena performance por parte de Marino en las voces, ‘Trilogy Suite op: 5’ trajo un increíble duelo entre Yngwie y Marino, mientras que Johanssen deslumbraba con un atronador solo de batería, para que luego Malmsteen empapado en sudor volviera para el encore con el siniestro épico espacial ‘I'll See the Light Tonight’, con el que se cerraría esta gran velada con todo el público saltando y agradeciendo el profesionalismo y entrega de estos grandes músicos.
Definitivamente, dentro de su estilo no hay punto de referencia para Malmsteen. Lejos de ser sólo un artista de los llamados “veloces” y de tocar además con un volumen muy alto, su profundo conocimiento de la teoría de la música lo diferencia de sus otros colegas. Un espectáculo de un gran nivel visual y auditivo que es a la vez impresionante en su alcance y una demostración de lo que se puede lograr con el poder del Heavy Metal, la capacidad técnica y la música clásica llevada a otro nivel.
RECORDAMOS QUE YNGWIE SE ESTARÁ PRESENTANDO EN LIMA.
MAS INFORMACIÓN AQUÍ YNGWIE EN LIMA
Fuente: rockaxis
Fotos: Julián Pacheco Alzate
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