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Foto: Vinicios Barros
El 18 de octubre de este año será recordado por diversos motivos, buenos y malos. En el ámbito musical, lo será por la demoledora presentación de Slipknot por primera vez en el Perú. Un espectáculo que se escuchó incluso a varias cuadras alrededor del Estadio Nacional.

Sin desmerecer a los teloneros Contracara, Serial Asesino, Por Hablar y A.N.I.M.A.L. que hicieron entrar en calor y preparar los cuerpos para la masacre, en este post nos centraremos en el show principal, en los nueve de Iowa.

A las 9:33 pm, con la exactitud que requieren los grandes conciertos, empezó a sonar Prepare For Hell, la intro de su último álbum .5: The Gray Chapter. La gente empezaba a palpitar lo que estaba por venir. 

Solo unos minutos después, los integrantes de Slikpnot saltaron al escenario y tocaron The Negative One. Al instante se armó el pogo y la gente empezó a empujarse, saltar y correr alrededor del círculo creado. El desmadre continuó con Disasterpiece y Eyeless, Con Before I Foget el círculo se expandió y más gente acudió a destruirse en el pogo. El resto del público saltaba para liberar la tremenda energía que se sentía en el lugar.

Foto: Vinicios Barros
La histeria continuó con The Shape y Killpop, aunque disminuyó con Dead Memories para permitir a muchos cantar un poco. Sin embargo, la intensidad regresó y todo volvió a la normalidad con Heretic Anthem y mucho más con Psychosocial: los cuerpos regresaron a azotarse y empujarse entre ellos en el círculo.

El desmadre continuó con Left Behind, Custer, The Devil in I y Skin Ticket. Luego de esto, Corey Tailor mencionó que nos regresarían a 1999. Así, tocaron el clásico Wait and Bleed y la salvaje (SIC), ambos de su primer álbum. Las cosas se salieron de control, el headbanging se hizo más fuerte, los fanáticos en el pogo se multiplicaron y los cuerpos rebotaban unos contra otros, algunos sin polo, otros sudados.

Al terminar estas dos canciones hubo un momento de tranquilidad. Los nueve integrantes se retiraron del escenario para retomar energías, como todo el público. Lo que se vendría sería descomunal.

Al volver, sonaron los temas Surfacing y Duality. El estadio retumbó, Todo se puso más violento e incontrolable. El éxtasis invadía a cada asistente. En medio del descontrol llegó la última canción de la noche: Spit it Out.

Corey pidió que todo el público se agache antes de tocarla para luego todos saltar al mismo tiempo con el inicio de esta última canción. No había otra forma de terminar un concierto lleno de energía.

Así se fueron 19 canciones y casi dos horas de concierto. Un setlist que con seguridad dejó satisfechos a todos.

Como hecho insólito, al culminar el evento una seguidora mostró sus pechos como agradecimiento ante espectacular concierto. Para su suerte (y la de todos los presentes), salió en la pantalla gigante.

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