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Lo salvaje exige sacrificios y "Lifeless Birth" de Necrot es una sangrienta "ceremonia de iniciación" que impulsa la obsesión maniaca por descuartizar y devorar cada uno de los temas que lo componen. Los detalles escondidos en este álbum son puntuales pero determinantes. He escuchado el trabajo quizás unas 5 veces y en cada vuelta descubro nuevas texturas que antes pasaba por alto. Sus puntos cardinales apuntan hacia un in crescendo de sonidos cada vez más truculentos, primero con el death metal cavernario como norte, la cuota blackened bien fija por el sur, al este tenemos ese toque melodeath que se escuda en la necesidad de variar la fórmula para renovarla; y por último, una osadía sin par como poniente.



De estas coordenadas surge "Cut the Cord" y ciertamente Necrot llega con el paquete completo. La canción aviva las raíces sombrías con ritmos cíclicos basados en flashbacks que muestran pinceladas de los elementos más turbios de su pasado. Los gruñidos mortales reinterpretan los índices de alienación donde el pecado tiende a ser el hilo conductor en esta orgia demoniaca, que, por su portada, me recuerda a uno de esos demonios que atormentaban a los mortales en las pinturas de El Bosco. Marald Van Haasteren se lució con el artwork para esta ocasión; por otra parte, "Lifeless Birth" endurece el estigma del no nacido, al representarlo como un ser sin voz que solo encuentra cobijo en una música que te azota impunemente con su plétora desoladora. "Superior" no deja indiferente a nadie, sirve como fuente inagotable de debates internos, que a simple vista son evitables, pero que acaban resultando necesarios.  Cabe resaltar que los valores de producción han ido mejorando en comparación a sus primeros trabajos. Esta vez los detalles compositivos son nítidamente audibles, alimentando de esta manera la atmósfera torturada que trae consigo la guitarra de Sonny Reinhardt y su intención de integrar todo lo sucio, rastrero y dominante que caracteriza al death metal.



Canciones como "Drill the Skull" o "Winds of Hell" son técnicamente abrasadoras y escasamente aireadas como para poder ser digeridas de un solo bocado, hay que darle varias escuchas para encontrarle sentido a la yuxtaposición de estilos. "Dead Memories" es una extensión de lo antes mencionado, y con esto el espectro sonoro se mantiene intacto sin disminuir su intensidad hasta llegar al colofón con "The Curse", tema con el que se cierra este ciclo de visiones embrionarias que explotan como ampollas purulentas provenientes de una carne descompuesta.

Definitivamente al escuchar "Lifeless Birth" de Necrot uno termina por ser más sombrío, un poco más pesimista y un poco más infame que antes de escucharla.